MARCO EPISTEMOLÓGICO

La educación, en tanto campo de estudio y práctica, puede ser considerada una ciencia social aplicada, en la medida en que desarrolla conocimientos sistemáticos, estructurados y verificables sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje, la formación humana, la institucionalidad educativa y las interacciones socioculturales que configuran el fenómeno educativo. Esta consideración, sin embargo, requiere una comprensión epistemológica amplia, donde se reconozca la pluralidad de paradigmas educativos que coexisten dentro del ámbito científico.

Desde la epistemología de la ciencia, los paradigmas educativos constituyen perspectivas teóricas que orientan la producción de conocimiento sobre la educación. Tal como lo planteó Thomas Kuhn (1962), un paradigma es una matriz disciplinaria que define qué se investiga, cómo se investiga y cómo se interpretan los resultados. En el caso de la educación, no existe un único paradigma dominante, sino una diversidad de enfoques que permiten abordar la complejidad del hecho educativo desde distintas racionalidades científicas.

Autores como Stenhouse (1975) y Carr y Kemmis (1986) sostienen que la educación no solo produce conocimiento, sino que implica un compromiso con la acción ética y transformadora, donde la teoría se construye en diálogo constante con la práctica. En ese sentido, la ciencia educativa se sitúa en una tradición de saber que reconoce la influencia del investigador en los procesos observados, el carácter interpretativo del conocimiento generado, y la centralidad del contexto sociocultural.

• Carr, W., & Kemmis, S. (1986). Becoming critical: Education, knowledge and action research. Falmer Press.

• Guba, E. G., & Lincoln, Y. S. (1994). Competing paradigms in qualitative research. In N. K. Denzin & Y. S. Lincoln (Eds.), Handbook of Qualitative Research (pp. 105–117). Sage.

• Kuhn, T. S. (1962). The Structure of Scientific Revolutions. University of Chicago Press.